A la belleza inadvertida
Vamos
a la sombra de hojas otoñales, extraviados en nuestras preocupaciones
triviales,
pasamos
ciegos ante un viento sutil, que baila con estos recuerdos
primaverales,
llevándolos
hacia el suelo lentamente en la danza de esta bella y delicada
muerte,
crujen
bajo nuestros pies marcando los pasos de un vivo, único y real
presente.
Depende de los ojos que sepan contemplar.
las
cosas tan disímiles que encontrarás
así
de relativa es la experiencia en este mundo.
Nos convertimos en gigantescas montañas imposibles de alcanzar
en
esta tierra inmensa, donde hormigas pequeñas trabajadoras
siguen
su rumbo.
para
sentirse tan diminuto como nos ve el pájaro que surca con libertad
los cielos.
Debemos
recordar,
que
el ser humano existe simplemente,
no
es más importante,
que
la rosa cuando brilla humildemente
junto
al resplandor del Sol naciente.
Patricia TORRES © Todos los derechos reservados
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