domingo, 7 de junio de 2015

Al final de la colina

Bellas palabras de rima ausente, 
se oyen el silencio de mi presente,
 revive la voz que dejo a medias, 
 aquello que no pudo decir.
La noche que abrí el cielo, dejándote partir  
Eres como el resplandor de los astros lejanos, 
tan encantador como inalcanzable, 
agita la marea de mis pensamientos tu viento implacable, 
que vuelves brisa nocturna ausente a mis ojos, 
 presente en mi piel.
Mas por una razón desconocida acepte tu estrategia de ser sin ser,
De estar y desaparecer.
Fui recorriendo tu camino, cuesta arriba
Pero con ilusión y alegría como parte de la vida.
Aquí estoy al final de la colina.
Contemplo un muro gris injustamente elevado
 por las sombras de tu pasado.  
No existe nada que te hubiera negado,
 ¡todo lo soy, todo lo que tengolo daría por que viva este sentimiento!...
 lo triste esta en tus suaves manos porque no supieron, no pudieron contenerlo.
Ahora debo elegir entre la llama ardiendo de este amor incompleto
O beber las lágrimas secas de la añoranza y el olvido, 
 sabiendo que nunca será completamente mío.
El sabio tiempo es mi esperanza para calmar esta pasión que me consume el aliento y permanece latiendo.
Quizás cuando pueda sanar 
tú y yo, en buenos momentos, nos volvamos a encontrar.

El dolor se desvanece, porque al final de la colina logro sonreí,
 si, sonreír a todo lo que a tu lado aprendí 
 y en aquel lugar quedara el amor que tan felizmente te dí. 

Todos los derechos reservados ©  Patricia TORRES

2 comentarios:

  1. Bellísimos versos que transpiran música, Patricia. Permíteme decirte que tus letras han saltado de la pantalla y evocan mucho más de lo que plasmas el el poema. Gracias, miles, por compartirlo. Un placer leerte. Saludos y buen día.

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