martes, 18 de octubre de 2016

Sin pretensión de eternidad: Horizonte Blanco

    Todo ser humano puede salir de los altibajos presentes en sus experiencias, encontrando un sendero lejos del ruido urbano, para contemplar en silencio el inmenso horizonte, porque aun teñido de blanco en un día sin sol, se debe apreciar su hermosura. La naturaleza esplendida y libre en el infinito campo fértil.
 Al final de la tempestad, el cielo siempre se aclara, pero aun en esta tormenta no se pierde la belleza divina, nunca he visto verde tan vivo como en el camino que dejo a mis espaldas,

 como el que respiran mis pulmones.

Y en medio de este paisaje es casi inevitable preguntarme:
  Si la vida es una continua búsqueda. ¿Sera que ocupo mi tiempo en la búsqueda correcta?
 Con esta travesía aprendí que para estar en paz  tenemos que descubrir el equilibrio en cada lugar, entre los aspectos buenos y aquellas cosas que resultan incomodas, por eso es bueno alejarse y verse con perspectiva. 
A horas de volver a la cotidianidad comprendo que los lugares no son buenos ni malos, lo importante es como te lleves con las personas que desees compartir y el grado de acceso a lo que consideres necesario, pensando bien ¿si realmente es tan necesario? 
Tener hermosos atardeceres, las noches resplandecientes adornadas por majestuosos diamantes. No es preciso más que valorar lo maravilloso ante nuestros ojos.  

Todos los derechos reservados ©  Patricia TORRES

sábado, 15 de octubre de 2016

Sin pretensión de eternidad: Hojas en peligro

¿Qué hacer cuando se arruina el disco duro de tu computadora?  Lo peor es el ataque de impotencia cuando uno se percata de lo más trágico, el confiable back up esparcido por los sitios web ¡no está actualizado! Y por supuesto, al no tener ingresos fijos, arreglarlo es un sueño casi inalcanzable.


Entonces no existe otro camino, más que dejar de recostarse en viejos archivos de obras juveniles, esas letras que ame y hoy son solo laureles marchitos de triunfos pasados a los cuales ya no puedo recurrir para calmar mi pánico.

 Cuando miro hacia atrás y cuento los granos de arena que han caído, sin que yo alcance a dar forma concreta a las ideas, luces sueltas dan vueltas ante mi como el roció de las flores que se percibe  en la piel. Pero es imposible capturar esa frescura en estado  salvaje.  

 Aquí veo claro el nuevo desafió que me espera, en esta manera distinta de respirar tan bella y única, que todos conocemos como la "escritura".    Debo emprender la búsqueda del hilo conductor que convierta mis ideas fragmentadas, solitarias y breves en un todo, en una comunión que trascienda la ocurrencia momentánea.

Abre sus pétalos, una duda ¿o acaso el temor luego de la reflexión?.
Mi inspiración es aun muy frágil, tanto como las hojas en peligro que están apunto de romper su conexión con el viejo cuaderno que las contiene. Solas se verán ciertamente perdidas, ellas y las ideas que llevan tatuadas a lápiz.

Estaré errando al sucumbir ante la desesperación por hallar un colgante que reúna las perlas caídas de mi luz. 

Quizás  simplemente tenga que aceptar mi aliento, mi bocanada de aire, así como ella es al natural, como la siento. Destruyendo las cadenas del habito literario que nos encarcela en un genero y en una extensión prefabricadas,
 las cajas de cartón que asfixian el instinto de crear. 

Esta es mi respuesta, al menos hoy, es el cause de este río.
 Romper con el genero, el limite, no por "esnobismo" o vanguardia, sino por una razón más autentica y verdadera. Porque nace del interior, sencillamente, es una necesidad, como respirar profundo y sonreír ante el punto final. 

             Todos los derechos reservados ©  Patricia TORRES