jueves, 17 de diciembre de 2015

Prosa Azul

    Prosa azul

¡Ho majestuosa noche expande tu brillante señorío a través de los astros infinitos!...

Recuérdame que no todo es tan breve y efímero como un suspiro o el lento trascurrir de mis días, una vida, agua escapándose entre los dedos. Nocturna belleza, cubre la inmensidad.
 Y me consuela  como una obra de arte perfectamente acabada con una excelencia inalcanzable, solo poseída por la naturaleza, mientras contemplo impotente un lienzo a medio terminar, allí reconozco mi ser inacabado.
  Adoro y temo estas horas profundas horas nocturnas pues allí no escapo del silencio y surge una voz ¿mi mente y la identidad que reconozco como mía?  o ¿el alma que abriga este cuerpo?
un alma peregrina como todas en esta tierra pero insaciable
un alma en busca de lo perdido
en busca de respuestas
Que aun no puedo darle
Desearía vivir sin las preguntas de mi mente.
como un río que fluye sereno.
Pero no puedo negarme, ni negarte.
Cuestioname, envuélveme, prosa azul, pues el cielo de la noche no es celeste.
Así yo no puedo negar mi naturaleza, seguiré navegando en las dudas de mi interior, porque encontrar la paz no significa evadir las dudas, sino en saber danzar a través de ellas.
La pregunta por mi destino o si ¿respiro?
me recuerda simple y majestuosamente que:
¡Estoy viva!       

para vos mami ,hace 9 meses ya que partiste hacia un plano distinto, ah el tiempo es tan corto y tan largo, es relativo y mental... siempre estas en mi te amo y te extraño pero sigo luchando, esta es la ultima prosa que te leí. 
Todos los derechos reservados ©  Patricia TORRES

El mar y yo

                                               El Mar y yo

No voy a échale la culpa a mi destino,
 si mi infortunio es una creación de mi autoría.

 En restos de fuego ella mi infancia, protección y guía.

 En ruinas todo aquello, mi vida y propio ser,  
me perdí ahogarme en un Mar de amor, que siempre supe turbio y no quise ver.

 Mas busque promesas dar   
y remedio en vano fue, para intentar
su alma sosegar.
Encontrando ambos paz, pero no.

 ¡Oh copioso Mar!

He perdonado tus  mareas violentas,
tus estruendos furiosos,
las grandes heridas.

Perdone si, no lo vez, porque a tus ojos la culpa es mía 
hoy no discuto quien tiene razón.
Pero perdone de corazón, porque...

Realmente amo tus días de Sol,       
cuando tu brisa tranquila me acaricia y acompaña...
Esos momentos que amo, cuando sonríes eres mi oasis en calma.


Por seguir tus rumbos rompí lazos de sangre,  
convertí todo mi pasado en flores de cenizas que aun flotan por el aire.

¡Así  te demostré mi amor, pero nada alcanza, nada!

 ¿Cómo alcanzar tu valor?
¿Qué debo hacer para demostrar mi amor?
 Si es que valgo para ti.

Por siempre seré la rescatada, tus aguas salvadoras vinieron generosas hacia mi y
te debo eterna Gratitud.

¿Jamás saldare mi deuda, para ser amada en igualdad?         
 ahora voy naufragando, mientras me meces y alimentas,
en esta barca de madera a medio hundir,
con este amor que, tormenta tras tormenta, se resiste a morir. 

Todos los derechos reservados ©  Patricia TORRES