domingo, 7 de junio de 2015

La plegaria de una amante‏

Las velas se apagan,
las sabanas revueltas están,
el aroma de el roció de las uvas nos deleitan,
manchando las copas que vacías quedaran.
Naufragando confundida, aferrada a una pasión, sin saber si ella me salvara o sera mi perdición.
No pude escarpar ante el oscuro despertar de lo absurdo,
 me atravesó destrozandome,
como la piedra que rompió el mítico ventanal, mi alma, abrazo el pasado.
Cuando mis colores despertaban a la luz del sol, abrazo el recuerdo.
¡Tan sublime!.
!Tan pura mi alma! ¿Qué ya solo un mito es?
los fragmentos punzantes de lo que fui, lo que queda nada es.
Si la muerte, frente a frente revela la absurda existencia.
¿Por qué bañar de oro la moral?.

Pero los amantes no pueden rezar,
los no arrepentidos
y yo me arrepiento, ¿o no?,
más allá de lo que soy,
quiero rezar y no puedo no debo.
Me atan besos ajenos, besos de arena,

Ilustración hecha por la autora 

una ráfaga de viento los aleja,
dejándome en el vació.
Porque ni el amor excusa este pecado.
Entonces ¿por qué lo hago?
es que soy tan débil, ante la soledad y el desamparo.
¿Escucharan en las alturas la voz de una mujer postrada en el suelo?
¿oirán los ángeles la plegaria de una amante?

Todos los derechos reservados ©  Patricia TORRES

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