sábado, 3 de mayo de 2014

prólogo: Mi encuentro con Alina

                                                                                    




Prologo: Mi encuentro con Alina

    Hoy me doy cuenta lo que más extraño de mis días inocentes, añoro con todas mis fuerzas simplemente estar aquí sola escribiendo en silencio, mientras la tarde cae y oscurece el cielo.
Cuando crecí me centre en el deseo de comunicar, quise convertirme en una gran escritora, para estar viva a través de mis ideas eternamente.
La literatura es inmune al tiempo y trasciende el espacio, en tanto exista  quien este leyendo, ella revivirá. Eso la vuelve mágica, fascinante, poderosa. Por su intermedio conocí el alma de Whitman, la soledad de Dickinson, los pensamientos de Camus, la genialidad de Cervantes, el cantar apasionado de Lorca y la extrema convicción en Walsh.
Sería una posición muy necia renegar de lo que aprendí o lamentarme por haberme instruido. Soy consciente que, por ejemplo, sin la materia lengua y cultura latina quizás nunca hubiese valorado la insuperable belleza en las palabras de mi amado Virgilio. Aprecio con madurez y doy gracias por la fortuna que tengo al educarme.
Pero en ocasiones, recuerdo con nostalgia a esa nena que empezaba todas sus hojas con aquella frase entrañable, con el infantil:  "Querido diario" y así se dejaba ir horas enteras. Ella, mi niña, lejos estaba de preocuparse por la estructura narrativa, los dequeismos, las repeticiones de palabras o la correcta formulación de una oración. Todo era más llano, natural, primitivo, como cerrar los ojos sentir una historia, vivirla en tu mente  y contarla sin que interfiera la razón, ¡ay como extraño escribir solo sintiendo ese torbellino!.
Esa niña sabía lo que mi memoria olvida, las letras simplemente nacen no aspiran ser inmortales, si lo son es por voluntad el destino.

En el inocente instinto solo se trata de escribir, jugar, sin salir del lugar irse de un espacio y al mismo tiempo entrar muy profundo en la propia alma, donde se pueden encontrar universos infinitos que explorar.
Satisfacer esta inmensa necesidad, más intensa que la sed bajo el fuego del desierto y así seguir el impulso natural, implacable, que no puede esperar, como si una voz interna guiara melodiosamente cada palabra al papel.
Y esa voz a la que me refiero es la razón real de estos párrafos, cuando empecé a escribir estas líneas fui tomando carrera dispuesta a caer en el abismo, pero en este instante al filo del precipicio el temor me invade. Miedo de como juzgará quien lee, el recuerdo que voy a confiarle.
El por qué lo tengo borroso, solo sé que cerré la puerta violentamente y me quede allí en la soledad de mi cuarto. Una angustia pesaba en mi pecho, la garganta me raspaba, la boca me supo amarga de tanto beber llanto. Las nubes ocultaban a la luna, mire al horizonte oscuro y grite desesperada: "¡Quiero ser libre, que mi alma sea libre!¡Quiero irme, solo quiero irme!" Sentada frente a la ventana, envenenada de tristeza abracé mis rodillas, acurrucándome y el silencio todo lo cubrió.
El tiempo pasó, levanté la vista, la luz del velador chocaba contra el vidrio y sobre él débilmente apareció una imagen. Entonces se me reveló, recuerdo que su cara parecía fresca, alegre, sonreía - pero mis labios no -  y sus ojos resplandecían mientras los míos padecían, la vi o me vi no sé como explicarlo fue un momento confuso, más bien perturbador, como si el reflejo de mi rostro no me perteneciera. Era y no era yo, hasta llevaba un cabello bien peinado, con hondas infinitamente largas que le daban una apariencia etérea, celestial, ella era un ser tan distinto y tan idéntico a mi. La confusión aumento cuando me dijo:
-          Comprendo que me necesitas ahora y aquí estoy, mi niña, pero deberías buscar otra manera para despertarme, no solamente a través de tus pesares. Si sigues amargándome, tus creaciones nunca serán más que crónicas de dolores eternos, serénate por favor…
Yo quede muda y aterrorizada, pensé: “¡Estoy alucinando, me estoy volviendo loca, loca, estoy loca!”. Ella leyó mi mente y riéndose dulcemente, respondió:
- ¿Y si fuera así qué? ¿Dónde están los limites entre la cordura y la demencia? No son más que conceptos y como todo pensamiento humano es subjetivo. Personalmente creo que hablar, de vez en cuando con uno mismo, no tiene nada de insano. Tampoco te aterrorices, no soy una voz o aparición maléfica ordenándote matar a alguien, clamando por sangre. Acompañe toda tu vida y en tu niñez no me temías, era más fácil comunicarme contigo entonces. Háblame.
- ¿Quién sos?- Me atreví a preguntar en un susurro.
- Somos parte del mismo ser, soy parte de ti, soy tu musa, tu inspiración. He venido porqué así lo pediste y se te ha concedido mi revelación
Yo seguía azorada por tan extraordinario episodio, pero decidí transitarlo y comprenderlo, con la mayor claridad que pudiera, no todos los días es posible conversar con una musa celestial:
-          ¿Revelación? Esta, esta bien, supongamos que sé quien sos y hasta soy capaz de escucharte en mis silencios más profundos, pero de ahí a verte existe un abismo de diferencia. ¿Cómo? ¿Por qué? Si hace tanto que te espero y no venís a mi, tanto que no me acordaba como era sentirte cerca.
-          Eso sonó a reproche, no lo consentiré, siempre estoy aquí, siempre que quieras oír, eres tú la que no se deja guiar, ya no escuchas a tu interior. Cada vez que te regalo una historia, la analizas fría y puntillosamente, la criticas hasta destrozarla, para después simplemente arrancar la hoja romperla y al suelo. Entonces solo dices´: “¡Con esto nunca voy a ser profesional!”. Así dejas morir la idea, perdida, sin final.
-          ¿Y qué queres que haga? Soy adulta ya no pudo solo jugar, para algo estudie o no.
-          Ya no puedes jugar ¿quién lo dice? Mi pequeña, solo toma mi mano y déjate llevar, todo lo que aprendas debe nutrir tus instintos no domarlos, ni mucho menos anularlos. Dime ¿a cuantas academias literarias quieres impresionar? O cuantos récords en ventas necesitas para saber, para estar segura de tu don. Pierdes tu camino si ambicionas fama, no escuches su rumor seductor no es más que el eco vacío del reconocimiento ¿Qué harías si, en este ruido mundano, a la mayoría de la gente no le agradan tus obras? ¿me apagarías para siempre, dejando de escribir?
-          Tengo miedo de averiguarlo.
-          Pues ármate de valor, publica, has la prueba y veras que triunfes o fracases volverás a escribir, porque es tu vocación.
-          Es una forma muy romántica de ver la vida, pero a cierta edad uno empieza a preocuparse por su sustento, su futuro, por conquistar algunas libertades.
-          No niego que hay algo de verdad en tus palabras, pero también estas limitandote por convencionalismos, que solo son creencias. La libertad, por ejemplo, en su concepción básica es hacer lo que se desea, cuando se lo desea. Entonces él que posea medios económicos y pueda ir o venir a voluntad, ¿es capaz de conquistar la verdadera libertad? Esta es una posición banal, muy simplista porque si profundizamos. Todo ser vivo, abejas, hormigas, leones, monos hasta llegar a los seres humanos, están condenados a cumplir un ciclo vital y están contenidos por sociedades, más o menos complejas.
-          ¿Decís que la libertad es una ilusión?
-          Digo que, especialmente el Hombre al construir su identidad sobre la base de la cultura en la que esta inmerso, así como lleva consigo la nobleza de los valores también esta preso, conciente o inconcientemente, de las limitaciones y prejuicios sociales. Por lo tanto, al menos en una existencia terrenal, sus  afamadas libertades son parciales y efímeras. A la plenitud de la libertad se llega por medio de la mente y el espíritu, si logras estar más allá que las imposiciones del resto, son lo único que verdaderamente te pertenece. Podrás mantenerte en tu vida, pase lo que pase, como agua serena en un río que corre. Porque te sabrás dueña de tu alma que hoy esta presente ante ti.
-          Es un pensamiento muy profundo, así voy a tratar de valorarlo. Pero, sin animo de ser escéptica o irrespetuosa, no soy un monje budista buscando la iluminación. ¿Cómo lo aplico a mi realidad?
La radiante mujer del reflejo lanzo una carcajada al viento, la más prístina, melodiosa que jamás se haya escuchado, luego contestó:
-          Es una excelente pregunta, no esperaba menos de ti, empecemos por el principio. Si por fe es posible pensar que los humanos fueron creados a imagen y semejanza de un ser superior, cual es el impedimento para creer firmemente que existe en el interior de cada uno algo de divinidad, esa luz divina se enciende y crece a través de la vocación. Recuerda como te sientes cuando escribes y dime si miento.
-          Para mi no hay momento más feliz, es un instante sublime de mágica lucidez, como si pudiera elevarme más allá de mi misma. – suspirando sonreí.
-          Exacto, en la escritura encuentras la conexión única e incomparable con tu alma. Y llegaste a la palabra justa “elevarse”, cuando uno habla de elevar el espíritu el otro lo asocia con un tema religioso, pero no es así necesariamente.  Pero, bueno ya no nos queda mucho tiempo frente a frente, porque tienes que secarte esas lágrimas y salir de este cuarto para afrontar tu vida. Recuerda siempre, no existe arma mas poderosa que la fe en sí mismo, las dos sabemos en que clase de profesional te convertirás  Pero jura que jamás olvidaras cuál es tu esencia tu eres una cuenta cuentos, una creadora de fantasías, cuando te sientas perdida solo vuelve a tu raíz.
Al decir estas palabras, la imagen de la ventana comenzó a desvanecerse lentamente y grite:
-¡Lo Juro! ¡Pero no te vayas todavía! ¿Decime de donde venís? ¿Cómo te llamas? ¿o tenes mi mismo nombre? Necesito que respondas.
-De donde viene el alma que te pertenece a ti ahora y fue mía en un pasado, no soy capaz de responderlo. Simplemente porque hay respuestas inalcanzables como los límites del universo. Lo único que poseo son recuerdos, memorias de cuando los días transcurrían para mi, cuando podía oler el perfume de las flores, recuerdos del tiempo que viví. Tiempos remotos que no han dejado evidencia alguna, esa es una Historia antes del Comienzo de tu era que ya luego te contare, solo si prometes, dejar testimonio de esa leyenda, aunque no exista ninguna otra prueba mas que mi voz en tu oído. Ahora debo marcharme es tiempo de que enfrentes tus dolores y los venzas. Se la dueña de tu vida, el dolor es inevitable, pero el sufrimiento es solo una opción, ahora respira profundo y cierra los ojos mi querida niña siempre estaré aquí…
Entonces obedeci, cerre los ojos y sentí que suaves manos sujetaban mi rostro y un dulce beso se posaba en mi frente, escuche un suave susurro que decía “Alina” “ Mi nombre es Alina”.
  La paz que me invadió en ese mismo instante no me abandono jamás, debo entonces cumplir con la promesa.
       Empezar a relatar la Historia antes del Comienzo…

Todos los derechos reservados ©  Patricia TORRES (TRIUNFANTE)

1 comentario:

  1. Muy lindo Patricia... Y sin duda alguna, Alina tienen razón... Tenés que vencer tus dolores, los vencerlos y tenés que escribir... Porque las cosas que se hacen con sentimiento y pasíón, siempre salen bien. Adelante !!! Con sincera admiración, Un hombre de Capital

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