El ocaso de la niña
Se escucha una voz, la intimidad de mis secretos,
en esta noche profunda de sombras oscuras y brillos discretos,
se confesaran todos mis anhelos.
Ante la reina blanca, eterna cautiva del universo.
Y mi salvación ya no se encuentra en este simple verso,
Sé que ninguna bella rima me traerá
consuelo,
perdida como estoy en la marea del deseo.
Ya no logro contener
las ansias de mis labios por beber
el licor de la lujuria,
mi mente se embriaga de pasión imaginaria,
quema en mi interior esta mujer que nace,
el ocaso de la niña que crece
Sobre mi se avecinan
suaves manos que guían
el vaivén de mi cintura,
me rindo al vértigo, a la locura.
Violentos roses,
tiernas caricias,
besos feroces.
Mi cuerpo entero se estremece
por un sueño que al llagar el sol desaparece.
A mis ojos ilumina esta llama que crece,
poco a poco consumiéndome,
arderá sobre la piel del hombre al que ame,
solo ante él me revelare.
Entre sus brazos, en instante desnuda y vulnerable
Entre sus brazos, en instante desnuda y vulnerable
poseerá mi cuerpo y le entregare
mi alma simplemente por amarme.
mi alma simplemente por amarme.
Todos los derechos reservados © Patricia TORRES
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